La alimentación saludable tiene un impacto positivo y directo en la vida de las personas. Quienes se alimentan adecuadamente están previniendo enfermedades graves como diabetes, colesterol, hipertensión arterial, cáncer, obesidad, entre otros. Sin embargo, todos los organismos son diferentes y las comidas deben estar acordes con su edad, sexo, talla, la etapa de vida en la que se encuentre y su actividad física.
Existen algunos consejos o principios generales para mantener una alimentación equilibrada. No se trata de abstenerse de comer lo que le gusta, sino de comer de manera balanceada. Es recomendable una alimentación variada que contenga frutas y verduras, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal, poca grasa, aceite, azúcar y sal.
Lo ideal es consumir tres comidas al día y dos meriendas saludables, ya que puede resultar perjudicial para la salud pasar largas horas sin que el organismo reciba alimento alguno. Por tal motivo, no se debe de saltar ninguna, mucho menos el desayuno que es la más importante de todas por ser la primera que se consume en el día, ya que el cuerpo gasta mucha energía al quemar calorías mientras duerme.
Es por eso que el desayuno es vital por lo que debe contener lácteos, pan, cereales y frutas. Los médicos y especialistas recomiendan nunca pasarlo por alto, pues las personas que lo hacen tienden a querer compensarlo con otras comidas, especialmente en la cena, lo que no es conveniente.
Por otro lado, el almuerzo también es de gran relevancia para la sana alimentación, ya que este recupera energía y activa nuevamente el metabolismo para continuar realizando las tareas del día. La cena tampoco debe omitirse porque proporciona los nutrientes y minerales necesarios durante la madrugada.
